Existe una gran cantidad de libros publicados y páginas web al alcance de los profesionales y del público practicante general que muestran con excelentes imágenes fotográficas, dibujos e inclusive vídeos acerca de la correcta realización de los ejercicios utilizados en diferentes métodos de entrenamiento. Sin embargo, lo más importante es tener claros los principios kinesiológicos del movimiento para que nos ayuden a comprender lo que ocurre en una ejecución, y así poder enseñarla, corregirla o modificarla. La investigación sobre los procesos de enseñanza en cuanto a instrucciones, indicaciones y feedback óptimos lleva desarrollándose durante más de treinta años. Es importante conocer la manera en la que el cerebro procesa el aprendizaje motor, además de la manera en la que trabaja sobre los patrones de movimiento. Hay que tener presente que el cerebro tiene plasticidad, por lo que puede ser moldeado y cambiado, sobre todo cuando se utilizan los mejores procesos de enseñanza para ello. El trabajo del entrenador personal en el proceso de enseñanza-aprendizaje de los diferentes ejercicios de entrenamiento puede consistir tanto en enseñar desde cero como en modificar patrones de movimiento que ya existen, los cuales pueden ser buenos o malos, y existe la posibilidad de tener que modificarlos si es necesario. Desaprender y aprender, en eso consiste moldear el cerebro a un nuevo movimiento.
Los patrones de movimiento son entendidos como grupos de movimientos asociados e integrados por el sistema nervioso central en forma de patrones motores, de forma que constituyen la unión de múltiples acciones que se emplean de forma conjunta y se interconectan para desarrollar una función específica.
El aprendizaje motor (AM) se define como el conjunto de procesos internos, asociados a la práctica y a la experiencia, que producen cambios relativamente permanentes en la capacidad de producir actividades motoras a través de una habilidad específica. Lo que aprendemos se retiene o almacena en nuestro cerebro y constituye lo que denominamos memoria, no considerándose como aprendizaje las modificaciones a corto plazo.
Existen diversos factores que influyen en los procesos del AM, como son las instrucciones verbales, las características y la variabilidad de la práctica, la participación activa y la motivación del individuo, la posibilidad de cometer errores, el control postural, la memoria y la retroalimentación. Las instrucciones verbales facilitan a la persona que centre su atención en determinados objetivos y condicionan las estrategias de aprendizaje que va a emplear a la hora de realizar un movimiento. En cuanto a las características y variabilidad de la práctica, resulta relevante plantear una tarea que conlleve repetición, teniendo en cuenta el concepto de repetir sin repetir; es decir, la práctica debe tener un control de los parámetros que se han ido modificando, pues debe suponer un reto.
Es necesario tener en cuenta que las indicaciones iniciales deben centrarse sobre un máximo de dos objetivos concretos sobre los que focalizar la atención. En caso contrario, se estaría perjudicando el aprendizaje por saturar el número de aspectos sobre los que la persona trata de estar pendiente, procesar y ejecutar. Las instrucciones pueden ser verbales o visuales, aunque la combinación de ambas parece ser lo más eficaz. Cuando la información visual se da sobre la ejecución de alguien experto, se ponen en marcha las neuronas espejo para el aprendizaje. Cuando se observa a una persona novel, permite un aprendizaje por resolución de problemas y descubrimiento. Se debe empezar y terminar con una indicación de lo que se quiere, no de lo que no se quiere. La instrucción visual es muy importante cuando se enseña algo nuevo por primera vez.
Siempre que enseñamos un ejercicio nuevo o trabajamos para mejorar uno ya aprendido, realizamos estrategias diferentes para dirigir la atención, indicaciones de carácter interno o intrínseco y externo o extrínseco. El foco se considera interno cuando la persona está centrada en alguna parte corporal propia o en una parte del movimiento. Sin embargo, hablamos de foco externo cuando la atención está centrada sobre el efecto que produce su movimiento en la ejecución. Se basa en analogías.
Al final, el objetivo de dar indicaciones por parte del entrenador es tratar de guiar el movimiento de una manera eficiente. Si explicamos un ejercicio para lanzar un balón medicinal por encima de la cabeza a la máxima velocidad posible y le proporcionamos al cliente indicaciones como «Extiende los codos rápidamente» o «Haz que llegue lo más lejos posible», haremos que el foco se dirija de diferente forma. Con la primera indicación el ejecutante está pendiente de estirar los codos y seguramente lo haga con poca potencia. Por ello, hay que tener presente que lo que el entrenador dice puede generar un movimiento final diferente.
Estudios recientes han demostrado que las indicaciones centradas en el foco externo son más eficaces en la enseñanza de muchas tareas motrices, de agilidad, fuerza, estabilidad, etc., que el hecho de centrar estas indicaciones en el foco interno. Muchas indicaciones, instrucciones o feedback llevan a la parálisis por análisis.
Como veis no se trata de repetir o hacer «el ejercicio de moda» en cuestión, o inscribirte en un centro y sin ningún tipo de asesoramiento empezar a realizar «ejercicios que supuestamente crees son los más apropiados» para tus características, es necesario entender que ni vale cualquier centro, ni vale cualquier personal para dirigirlo, se debe acudir a centros donde su equipo tenga la titulación y el conocimiento necesario para crear las estrategias adecuadas para ENSEÑARTE A ENTRENAR y para eso la sociedad tiene que conocer que los profesionales del ejercicio físico se han formado con anterioridad, bajo un estamento educativo reglado, en donde se exige la superación de una serie de contenidos para obtener una titulación que te reconoce/asegura el poder desarrollar tu labor profesional, con el mínimo de seguridad y competencias, siendo otras «características» (experiencias, etc) no eximentes obviamente pero carentes de toda «lógica» para ser «las únicas» en las que apoyarse para asesorar a otros, cuando por muy buen piloto de Fórmula 1 que seamos si queremos conducir con nuestro propio coche fuera de un circuito de carreras, lo hacemos respetando el código general de conducción y con las normas y reglas que lo conforman, es decir obteniendo el carnet de conducir.
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Sentido común.
Bibliografía.
Raya, J. (2015). Entrenamiento personal. Grado CCAFYD. Universidad Isabel 1 de Castilla (Burgos)